MAESTRAS ABANDONADAS / by Natalie Seve

 
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A lo largo de los años en los que hemos realizado cursos y talleres de educación artística para educadoras de párvulos en distintas ciudades de Chile, nos hemos encontrado con un hecho común a prácticamente todas ellas: las maestras se sienten abandonadas a su suerte.
Este abandono, por cierto triste y gravísimo, se manifiesta en por lo menos tres planos. En primer lugar, estas educadoras han sido abandonadas por el sistema educativo, también por el empleador, y además por las instituciones educativas en las que se forman como docentes. 

A continuación analizaremos estas tres corrientes del abandono, junto a una propuesta para ayudar a restaurar las carencias que se generan en cada caso.

I. El sistema educativo como Abandonador
En lo que se refiere a nuestra experiencia, la mayor falencia del sistema educativo radica en diseñar propuestas que no surgen desde la observación de nuestra realidad social y que resultan poco factibles de ser desarrolladas.
Para graficar este tipo de abandono, citaremos dos ejemplos con los que frecuentemente nos encontramos:

1. El énfasis de los establecimientos en fomentar la escolarización temprana.
Esta medida por supuesto se contradice con el enfoque de otros sistemas educativos extranjeros, exitosos, vanguardistas y que cuentan con la admiración abierta de nuestro sistema local. Dichos sistemas impulsan una escolarización lo más tardía posible (promoviendo incluso el aprendizaje de la escritura después de los 7 años) y que le permita a los niños/as educarse a través del juego, las artes y la exploración creativa de su entorno. 
Técnicos y educadoras nos han compartido el sin sentido de esta normativa local, ya que a través de su experiencia comprueban que el aprendizaje y el estado emocional expansivo de los niños/as se nutre a través de las experiencias lúdicas y creativas, y no por medio de la realización de actividades que, más que el goce del niño/a, buscan una suerte de temprana excelencia académica con la que sea aceptado en cualquier colegio al que se le postule.

2. Desde hace varios años el sistema ha implementado una serie de medidas para promover el fomento lector en la primera infancia.
Sin desmerecer la evidente importancia de la lectura en la educación temprana y los beneficios emocionales, intelectuales y espirituales que aportan a nuestra vida los buenos libros, la crítica hacia esta medida radica en el hecho fundamental de que este fomento apunta hacia las supuestas necesidades de lectura de los niños/as y no hacia la verdadera relación entre educadoras y lectura.De todas las conversaciones que hemos sostenido con educadoras sobre este tema, en ninguna de ellas nos han compartido alguna iniciativa que las invite a reflexionar sobre el lugar y la importancia que tiene para ellas la literatura, si no que simplemente se les habla de la relevancia vital de los libros y deben transferir de manera simulada esta noción a los niños, ya que muchas de ellas no tienen el hábito de la lectura, no tienen tiempo para hacerlo o simplemente no les gusta leer.

El abandono del sistema, el no escuchar ni conectar con las necesidades reales de los niños/as percibidas día a día por las educadoras, hace que cientos de profesionales en nuestro país lleven a cabo medidas sin estar de acuerdo con ellas, como en el caso de la escolarización temprana, o sin haber experimentado en carne propia lo que deben enseñar, como en el caso del fomento lector.
 

 
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PROPUESTA: La sala de clases es nuestro reino, hagamos lo que queramos dentro de él
Los niños son nuestros cómplices. Sabemos lo que ellos necesitan y ellos saben que estamos de su lado. Lo importante es que nuestras compañeras de sala también estén en esta complicidad, o que al menos logremos hacer alianza con una de ellas. Tenemos la certeza de que muchas de las medidas que se promueven desde el sistema educativo no apoyarán efectivamente el desarrollo cognitivo de los niños, ni los ayudarán a nutrir su autoestima, ni a ser más felices. ¿Por qué entonces continuar aplicándolas? ¿Por qué no seguir nuestra intuición y la evidencia que nos aporta la razón al estar día a día presenciando y compartiendo con ellos/as?

Una vez que cerramos la puerta de la sala, todo lo que ocurre adentro está en nuestras manos y podemos hacer la diferencia entre ocupar esas horas en el diseño de experiencias significativas o desaprovecharlas en acciones inconducentes.
Si tenemos que cumplir con exigencias externas, entreguémosle el mínimo de tiempo a ellas, finalicemos pronto y sigamos explorando lo que es importante, las experiencias creativas y llenas de sentido. ¿Cómo crear un equipo y coger más fuerza y conocimiento para desarrollarlas?
En el punto II y III se los comentamos.

 

II. El Empleador también Abandona
Algunas educadoras con las que hemos conversado han contado con la suerte de tener empleadores conscientes y empáticos con sus capacidades y necesidades, pero lamentablemente muchos de ellos no se caracterizan por dotar de humanidad a la sensible tarea de dirigir una comunidad educativa.
Muchas educadoras comparten su sensación de soledad en su trabajo; se apela a su “vocación” y capacidad de servicio haciéndolas sentir como personas más cercanas al voluntariado social que profesionales con todas sus letras, capaces de ejercer profundas transformaciones en sus entornos laborales, a través de sus capacidades creativas e intelectuales.
Además, no reciben la valoración económica que merecen (incluso en el ámbito privado) siendo en reiteradas ocasiones el sueldo de una educadora parvularia considerablemente más bajo que el de una educadora de primer ciclo básico, a pesar de que ambas trabajen la misma cantidad de horas y tengan a su cargo un número similar de niños. 

Así mismo, a estas profesionales se les hacen grandes demandas en cuanto a objetivos a cumplir, las que se suman a extenuantes horas de planificación. Estas exigencias dejan en evidencia una estructura de trabajo en donde todas las horas deben ser llenadas con tareas "productivas" y que no provee espacios de libre disposición,  compañerismo y reflexión sobre la labor que se está diariamente realizando.

 
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PROPUESTA: Trascendamos el abandono escuchándonos y haciendo comunidad
Es fundamental que las educadoras tengan instancias en donde pueda darse el relajo, el intercambio de opiniones y la expresión de procesos reflexivos.
Si no poseemos un espacio en donde poder encontrarnos, difícilmente podremos aunar criterios, conocernos en profundidad como personas y entender nuestras necesidades personales y colectivas.
Crear momentos en donde podamos reunirnos de manera frecuente y a través de la confianza, puede realmente hacer una diferencia significativa en nuestra labor profesional.
Puede ser en una sala de clases, en un café o en la casa de alguna compañera, lo importante es contar con un lugar en donde podamos hacer comunidad y compartir documentación sobre las experiencias realizadas, investigación sobre nuevos proyectos y por supuesto inquietudes y temáticas anexas al trabajo y que lo enriquecen.
La invitación es a que también llevemos un registro de cada una de estas reuniones, para que las reflexiones que surjan de ellas no queden dispersas en el éter y cada educadora pueda acceder al contenido original que se va generando desde su lugar de trabajo. 

El poner en práctica estos encuentros habituales, empáticos y sororos, ayudarán a nuestra autovaloración y a transitar desde un abandono sistemático a la validación real de nuestras capacidades intelectuales, emocionales y espirituales.

 

III. Universidades, Institutos y Abandono
Muchas educadoras nos han comentado la nula formación artística que han recibido en sus carreras. A modo de ejemplo, muchas de ellas al realizar la práctica profesional se les exige que creen pequeñas piezas teatrales para sus alumnos/as, sin haber recibido nunca una sola clase sobre interpretación teatral, dramaturgia, diseño escenográfico etc. Como artistas creadores de teatro para la primera infancia, este hecho nos lleva a preguntarnos ¿es que acaso en estas escuelas de educación superior no existe la conciencia de que el arte conlleva una gran responsabilidad, y que una buena o mala obra puede dejar huellas importantes en las emociones de los niños y niñas que participen de ella?

En casi ninguna escuela de Educación Parvularia se contrata a artistas plásticos, escénicos, ni a músicos, ni tampoco a escritores para llevar cabo una formación al respecto, ni mucho menos se integra en sus cuerpos docente a profesionales de las artes que efectivamente posean experiencia en la creación artística para la primera infancia. Esta falencia deja en evidencia el poco compromiso en tratar seriamente los temas vinculados a la educación artística en la primera infancia desde el contexto de Educación Superior, lo cual en palabras de las ex alumnas, se expresa en un intento de formación artística que muchas veces resulta improvisado, insuficiente y estereotipado.
Este descuido no solo amplía la brecha entre los modos de pensar y crear que tienen lugar hoy en nuestro mundo y la educación inicial, sino que también les priva a las educadoras del autodescubrimiento, la autoafirmación y el goce que todo proceso creativo bien conducido y propiciado despierta en el ser humano, aspectos que por cierto son fundamentales para su desarrollo emocional y profesional.

 
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PROPUESTA:  No te conformes con el abandono, Edúcate a ti misma
La buena noticia es que si no recibimos una adecuada formación artística en la universidad, podemos entregarnos una fantástica educación artística a nosotras mismas, y no necesariamente gastaremos mucho dinero en ello, pero si nos exigirá comprometernos, liberar nuestra curiosidad y volver a apasionarnos con los temas y experiencias creativas que siempre nos han llamado la atención.

La clave está en comenzar a ir ahora mismo a todas las actividades culturales que estén a nuestro alcance: exposiciones, conciertos, obras de danza y teatro, eventos callejeros etc. no tengamos miedo de no entender o de que no nos gustará, ya que de lo malo o de lo que no nos gusta también se aprende muchísimo.
La verdadera educación artística comienza por ser parte del arte. Es necesario conectar con el arte que se está desarrollando en nuestra ciudad, y si vivimos en un contexto con pocas actividades artísticas, buscarlas en libros e internet.

Conocer sobre arte, nos ayudará poco a poco a formarnos nuestras propias ideas sobre las cosas y a nutrir nuestro empoderamiento personal. Del poder observar reflexiva y críticamente muchas manifestaciones artísticas en diversas disciplinas, podremos comenzar a comprender los conceptos y puntos de vistas que motivan la creación de los artistas, y de este proceso sin duda surgirán ideas y nuevas visiones que nos ayudarán a crear nuestras propias reflexiones y experiencias creativas para compartir con niños y niñas en el aula. Recordemos siempre que la inspiración no aparece de la nada, y que todo proceso artístico nace de la profunda reflexión y observación del propio arte.


Natalie Sève
Codirectora Amnia Lab